Durante la pandemia, el trabajo remoto mostró ser eficaz en el corto plazo. La productividad aparente se mantuvo gracias a tareas rutinarias y outputs visibles.
Sin embargo, investigaciones como In Praise of the Office (Cappelli & Nehmeh) evidencian que, a medida que pasa el tiempo, surgen costos ocultos: pérdida de innovación informal, dificultades para el aprendizaje social, menor cohesión y un sesgo de proximidad que limita la equidad de oportunidades.
Los autores señalan que muchos mandatos híbridos fracasan porque se diseñan como un simple conteo de días y no como un sistema de encuentros con propósito.
Un punto de inflexión
En agosto de 2025, el profesor Peter Cappelli (Wharton School) explicó en una entrevista con Yahoo Finance que nos encontramos en un punto de inflexión: las empresas ya no pueden postergar indefinidamente la decisión sobre el regreso a la oficina. Según Cappelli, cuanto más se demore, más difícil será lograrlo sin resistencia. Aunque algunos colaboradores amenazan con renunciar si se les exige volver, la realidad muestra que esas declaraciones rara vez se concretan.
El análisis subraya un cambio clave: al inicio de la pandemia, el teletrabajo fue celebrado como un éxito porque mantuvo el negocio en marcha. Pero con la normalización, se volvieron visibles sus límites: menor aprendizaje por observación, más reuniones improductivas y redes sociales de trabajo reducidas que contribuyen a la soledad. Cappelli advierte que el teletrabajo fue una solución de corto plazo que se convirtió en un problema de largo plazo.
Qué aporta la oficina y por qué importa
- Interacción humana directa: observar cómo trabajan los demás, aprender valores y cultura en la práctica.
- Mentoría y aprendizaje social: especialmente crítico para quienes recién comienzan su carrera; sin referentes en la oficina, estarían “perdidos”.
- Colaboración y velocidad: resolver dudas urgentes “a la vuelta de la esquina” en lugar de encadenar videollamadas.
- Redes sociales y pertenencia: la oficina facilita amistades y conexiones que mitigan la epidemia de soledad.
- Motivación y compromiso: el contacto físico genera energía colectiva que difícilmente se reproduce en remoto.
Por qué muchos híbridos fallan
Cappelli enfatiza que el híbrido puede funcionar, pero requiere un esfuerzo de gestión mucho mayor: reglas claras, prácticas consistentes y liderazgo activo. En muchos casos, la gente “simplemente no aparece” en sus días de oficina, lo que obliga a los gerentes a gestionar asistencia y propósito. No se trata de descartar lo híbrido, sino de entender que no se autogestiona.
Diferencias globales
El teletrabajo tampoco es uniforme a nivel mundial. En Europa y Asia, la gran mayoría ya volvió a la oficina. En EE. UU., los mejores datos disponibles indican que más del 70% de los colaboradores no tienen ningún trabajador remoto o híbrido. El fenómeno se concentra en grandes ciudades y empleos administrativos, más que en la mayoría de empresas pequeñas.
Qué dice la evidencia
Decisiones complejas. Las conversaciones en persona con agenda clara, pizarras a la vista y una persona responsable de decidir acortan el tiempo a la decisión. Lo que mejor funciona son sesiones de 90–120 minutos con 6–8 personas y preguntas clave definidas; la sala y el formato empujan a priorizar, no a divagar.
Aprendizaje y mentoring. El onboarding acelera cuando se combina material formal con shadowing —aprender mirando y haciendo junto a alguien con experiencia—, sumado a 1:1 y horarios de consulta con el mentor para despejar dudas. Dos o tres jornadas presenciales bien diseñadas suelen ahorrar semanas de curva.
Cohesión y confianza. Los rituales presenciales —kickoffs, demo days, retros— refuerzan identidad y compromiso. No se trata de “venir porque sí”, sino de sostener momentos de encuentro que alineen metas, muestren avances y permitan ajustar rumbo.
Innovación y creatividad. Las ideas aparecen en los bordes de la reunión: antes, después, frente al pizarrón o en los pasillos. Esa energía colectiva es difícil de replicar en remoto; por eso conviene dejar márgenes de conversación informal y capturar lo que emerge.
Qué tiene que tener la oficina hoy
La oficina no es un lugar único: es un conjunto de experiencias. Para que funcione como “sistema operativo” del trabajo, necesitás cubrir cinco bases:
1) Espacios por actividad. Zonas silenciosas para foco, áreas abiertas para co-crear, salas de reuniones para temas sensibles, phone booths para llamadas y espacios sociales para el encuentro casual. Cada tarea debe tener su mejor “escenario”, así bajan las interrupciones y sube la calidad del output.
2) Salas para decidir y co-crear. Pizarras grandes, superficies para anotar y mesas cómodas. La disposición importa: que todos vean la misma información y el grupo pueda priorizar en 90–120 minutos sin fricción.
3) Tecnología sin fricción. Conectar y usar: pantallas con HDMI/USB-C, cámaras y micrófonos confiables, Wi-Fi estable y tomas a mano. En híbrido, diseñá la inclusión por diseño: encuadres que muestren a todos, audio que capte la mesa y reglas simples para que quienes están remotos no queden en segundo plano. Un punto de ayuda visible y guías cortas en sala evitan que lo técnico coma tiempo.
4) Experiencia de las personas. Ergonomía, buena luz y ventilación, limpieza, lockers y hospitalidad básica (agua/café/snacks). Son detalles que sostienen jornadas presenciales sin desgaste.
5) Medición y gestión. Un sistema simple para reservar salas, booths y escritorios —con señalización clara en sitio— y tres métricas para saber si lo presencial está generando valor: tiempo a la decisión, semanas de onboarding y NPS de encuentros.
Guía práctica: ¿qué va presencial y qué va remoto?
Exploración creativa y estrategia → presencial. Cuando hay ambigüedad y hay que debatir y priorizar, la sala con pizarras y pantalla multiplica claridad. Sugerencia: sesiones cortas y enfocadas, con facilitación ligera y un owner que cierre.
Trabajo profundo individual → remoto o “modo biblioteca”. Redacción, programación o análisis rinden más en bloques de 60–120 minutos sin reuniones. La oficina puede ofrecer un área silenciosa real; el seguimiento se puede hacer con objetivos por escrito y check-ins asincrónicos.
Onboarding → presencial intensivo al inicio, luego híbrido. Primera semana con bienvenida, mapa de personas clave y shadowing en sala chica; complementá con office hours del mentor y un mini-proyecto para practicar con soporte. Después, alterná remoto con presencias puntuales.
Gestión sensible → presencial en sala privada. Desempeño, compensaciones, conflictos o feedback difícil requieren privacidad, una agenda acotada y un cierre por escrito que deje registro común para remotos y presenciales.
Riesgos a evitar (y cómo neutralizarlos)
- Ser “policía de presencia”.
Se recomienda medir resultados y no asistencia. Definí indicadores claros y acompañalos con rituales simples (check-ins breves, tablero de prioridades compartido). - Layouts obsoletos.
Se recomienda auditar acústica y funcionalidad. Priorizá salas chicas bien equipadas y phonebooths para foco; asegurá “un espacio para cada actividad” (reunir, concentrar, colaborar). - Señales contradictorias de líderes.
Se recomienda que dirección modele el uso de la oficina y del esquema híbrido. Hacé explícitos los acuerdos (días, horarios, canales, criterios) y respetalos; cualquier cambio, por escrito. - Inequidad en esquemas híbridos.
Se recomienda diseñar inclusión por defecto: turnos de palabra, documentos compartidos, decisiones por escrito y reuniones “remote-first” cuando haya participantes a distancia. Sumá equipamiento básico (cámara, pantalla, buen audio) para nivelar la experiencia.
Síntesis operativa: menos reuniones, y más reuniones que cierran.
Estamos en un punto de inflexión: no se trata de contar días en oficina, sino de diseñar presencias que sumen. Cuando lo presencial se reserva para decidir mejor, aprender más rápido y construir confianza, y lo remoto se usa para foco y flexibilidad, la oficina deja de ser un lugar al que “se vuelve” y pasa a ser un sistema operativo del trabajo: reduce fricción, acelera resultados y fortalece cultura.
¿Te gustó este contenido?
Subscribite abajo y recibí cada mes nuevos artículos en tu bandeja de entrada. 📩 ⬇️